Promesas sigue presentando jugadores que pueden explotar en el próximo Metropolitano. Esta vez es el turno del sanducero, Agustín Cabillón, ala-pivot que tuvo aportes más que importantes en la remontada olimpista.

Nombre: Agustín Cabillón
Edad: 20 años
Puesto: Ala-Pivot / Alero
Altura: 1.96
Club: Olimpia

¿Cómo arrancaste a jugar al básquetbol?

Juego al basquetbol desde muy chico, ni siquiera recuerdo a qué edad empecé. Mi padre es entrenador de básquetbol y desde siempre nos motivó a practicarlo. Yo lo seguía en los clubes a donde iba hasta alrededor de los 12 años me quedé en Allavena, donde realicé la mayor parte de mi etapa de formativas.

¿Qué entrenadores has tenido en Formativas que te hayan marcado?

Al ser mi padre entrenador, fue él quien más me marcó. Desde siempre me aconseja y me corrige para mejorar. Luego tuve otros entrenadores como Pablo La Nasa, que fue con quién más estuve en Allavena. Ya en Olimpia me tocó estar con Mario Enrich, quien me dirigió estos últimos años y también me marcó.

¿Cuándo te diste cuenta que el básquetbol podía ser algo más para vos?

Desde chico me gustó la idea de dedicarme al basquetbol además de la carrera que fuera a seguir. Pero quizás fue el año 2012, en que Allavena disputó la Liga Uruguaya en el que me lo empecé a plantear más seriamente.

Te viniste a Montevideo para hacer Juveniles y estudiar, ¿cómo te resultó ese cambio?

Fue un cambio muy importante, más que nada un desafío. Al ser tantos cambios juntos se dificulta un poco la adaptación. Pero al gustarme ambas cosas todo se hizo más fácil.

¿A qué edad empezaste a jugar en la Primera de Allavena?

Comencé a entrenar en Primera con 15 años, quizás el cambio más notorio es el físico, chocar contra gente más grande te hace cambiar ciertos aspectos del juego. Otro cambio importante es el tema mental, es todo mucho más serio y eso te hace cambiar la personalidad dentro de una cancha.

En 2014 llegaste a Olimpia y el mismo año ya formaste parte del plantel de Primera. ¿Notaste mucha diferencia?

Noté diferencia en la intensidad de las prácticas y también la cantidad de tiempo que se dedica. Por ahí el hecho de haber jugado unos años en Primera en Allavena me ayudó a que la diferencia sea menor, pero igual fue un poco difícil adaptarme a los nuevos horarios y eso.

¿Cómo te definirías como jugador?

Me defino como un jugador de rol. Me gusta defender y correr la cancha, jugar con intensidad e intentar adaptarme a lo que se necesite. Siempre jugué de “4”, pero últimamente también me ha tocado jugar en la posición de alero algunas veces.

Este año tuviste minutos en la Liga con Olimpia, siempre jugando con mucha presión por salvarse del descenso. ¿Cómo te resultó eso?

Sí, nos tocó jugar con eso de que teníamos que ganar si o si durante casi toda la liga, pero esa presión no se siente tanto al jugar, cuando entras a la cancha te olvidas lo que pasa afuera. Aparte al tener jugadores con experiencia en el plantel todo se hace más fácil.

¿Qué objetivos tenés para este año, después de la Liga?

En este año lo primero que tenemos es el Sub 23 con Olimpia, en donde espero seguir sumando minutos y ganar confianza. Queremos hacer un buen torneo como los años anteriores y llegar lo más lejos posible. Luego me gustaría tener la posibilidad de jugar el Metropolitano para intentar seguir creciendo como jugador.

¿Tenés algún referente en el básquetbol?

Siempre me gustó ver a jugadores como Ginobili, Nocioni y Scola. Especialmente porque son jugadores que además de ser talentosos juegan con mucha pasión por el deporte.

Dijimos que viniste para jugar pero también para hacer Facultad, ¿cómo te ha llevado conciliar el básquet con el estudio?

Este año empiezo el tercer año de Facultad de Medicina. Por ahí te queda un poco menos de tiempo para hacer otras cosas, pero te terminas acostumbrando. Es un esfuerzo pero si te gusta lo terminas haciendo con gusto.