Malvín venció por 84 – 77 a Biguá, en la primera final, de la tal vez olvidada Liga de Desarrollo. De esta forma puso la serie en ventaja 1-0.
Tras un mes de inactividad en lo que corresponde a esta competición, se notó como a los dos equipos les costó el entrar en ritmo y lograr un juego fluido.
En el comienzo los dirigidos por Pablo López hicieron un trabajo sobresaliente en defensa y aprovecharon a correr la cancha con la velocidad de Juan Santiso e Ignacio Franzosi. Por el lado de Biguá, había una desorganización muy grande lo que produjo muchas perdidas de pelota y una aceleración que les jugó en contra en este pasaje del cuarto inicial. Sin embargo, encontró en Federico Pereiras, la carta de gol para poder emparejar el cotejo e igualarlo al cabo de los primeros diez, 17 a 17.
Mucho mejor arrancaron el segundo chico los conducidos técnicamente por Juan Rovira con gran trabajo de Rodrigo Brause desde el perímetro y la labor de Martín Rojas en la zona pintada. Fausto Pomoli había sido el encargado de abrir el tanteador en este periodo, pero acto seguido a esa conversión del interno del playero, los de la calle Vázquez Ledesma colocaron un parcial de 15 – 0 para abrir la máxima de 13 unidades a falta de menos de cinco minutos para el final del primer tiempo. De la mano de Santiso y Pomoli, Malvín pudo achicar un poco esa brecha para colocarse 40 a 32 abajo, de cara al descanso largo.
Los de Villa Biarritz no entraron finos en el complemento, marrando muchos lanzamientos a distancia. Lo cuál le permitió a los de la Av. Legrand igualar el cotejo tras un parcial de 14 – 6, que tuvo un buen ingreso de Santiago Pereira desde el banco. Con Santiso inteligente y efectivo adelante, sumado a lo aguerrido que era Pomoli en defensa, los de la playa pasaron por delante en el marcador. Rodrigo Brause fue quién más intento por el lado de Biguá, con rompimientos al aro que rompían la zona 2-3 que planteaba Pablo López. 53 a 52 culminó este tercer cuarto.
Hubo un movimiento táctico clave en este periodo para que Malvín se afianzara en el rectángulo de juego y eso fue la triple base. Compuesta por Santiso, Pereira y Facundo Bruno, la cual le brindó otra velocidad al juego, pero acompañada de organización y buen movimiento de pelota. Marcel Souberbielle fue clave en los primeros instantes del chico para que su equipo tome cierto aire en el score. Con el aporte de Rojas y la re aparición de Pereiras, los de Punta Carretas achicaron a cuatro puntos y ponían incertidumbre al desenlace. Pero, también fue importante la vuelta de Franzosi, la explosión con la que jugo Santiso y la tenacidad de Pomoli bajo el canasto, para que de esta forma, Malvín abrochara la primera final. Ahora espera con otra tranquilidad el encuentro del próximo miércoles, en donde en caso de ganar, gritará campeón.