Yale, con el triunfo de ayer, cortó una racha de seis triunfos consecutivos de Marne. El azul de Jacinto Vera se sacó la espina.

El clásico Marne-Yale es uno de los lindos, de los pocos enfrentamientos de barrio que van quedando. Son dos clubes de cantina y mostrador, sin tanta gente atrás, pero con mucha historia en torneos de ascenso arriba.

Entienden bien la rivalidad, se quieren ganar, juegan a morir, pero todo queda adentro de la cancha. Se dan choques deportivos pintorezcos.

El de ayer no fue la excepción, fue picado, caliente, emotivo, no le faltó ningún condimento. Lo ganó Yale y los vecinos se terminaron felicitando, se fundieron en un abrazo y se terminó todo, el deporte bien entendido. Es una lástima que, para este año, se haya decidido realizar estos encuentros sin público visitante. Ayer los azules lo tuvieron que seguir por otros medios.

Marne, venía ganando seis clásicos al hilo, una mini racha a favor del elenco de Simón Bolivar que ayer los de Jacinto Vera cortaron, ganando de visitantes. Hoy, las cargadas en el barrio las hacen los de la vereda de enfrente, luego de haber soportado estoicos algunos años. Lo lindo que tiene el deporte bien entendido.