Unión Atlética le ganó a Capitol por cifras de 79-74 en un encuentro que fue durísimo para los dirigidos por Rodrigo Riera.

El partido comenzó entretenido ya que ambos elencos salieron muy finos en ofensiva. Intercambiaron gol por gol y los ataques dominaban ampliamente a las defensas, esto hizo que en los primeros minutos la paridad sea absoluta (10-10). El primer quiebre se dio a favor de la visita en lo encontró en las manos de una dupla que rindió de gran nivel en este chico, Juan Wenzel jugó e hizo jugar mientras que Howard Crawford estuvo fino en sus lanzamientos y ganando el uno contra uno ante Kristian Clarkson. Las cosas en el azulgrana no salieron, se quedó sin gol, el que más buscó fue Gastón Semiglia con algunos aportes de Diego Tortajada pero así y todo llegaron a estar nueve abajo (25-16). Este cuarto se cerró 25-18 para el elenco de la calle Hermanos Gil.

El segundo cuarto Wenzel lo abrió con un triple y ya mostró una señal de alarma en Unión Atlética, a Rodrigo Riera le preocupaba la facilidad con la que Capitol convertía y por eso probó primero con una zona 2/3 que no tuvo efecto para si luego salir a presionar arriba pero a Crawford y Wenzel se les sumó Gonzalo Iglesias y un par de conversiones de Fernando Verrone para abrir así su máxima de la noche, 14 (40-26). Esto motivó a que el entrenador azulgrana sacara la defensa zona y pase al cuadrado uno, un estilo de defensa en el cual Christian Mazzuchi defendió duro al hombre a Wenzel –quien no entró en contacto con el balón- mientras que los otros cuatro hombres se pararon en un rectángulo marcando cada uno una zona. Así fue como sobre el cierre de la primera mitad con el aliento de su gente, un par de robos de Mazzuchi, un gol y falta de Tortajada y una conversión de Hugo Timote pusieron un 9-0. Los primeros 20 minutos fueron para los del Prado, 43-37.

Luego del descanso largo se vivieron quizás los peores minutos del encuentro. Ambos equipos manejaron mal sus ofensivas, no estuvieron nada finos y erraron mucho, esto le sirvió a Diego Frugoni y sus muchachos que con un 4-0 abrieron 10 (47-37) con buena labor de Iglesias. Nuevamente la UA iba a achicar con su defensa cuadrado uno, gran presión de Mazzuchi sobre Wenzel pero en un abrir y cerrar de ojos nuevamente de la mano de Crawford la visita estiró las diferencias a 13 (55-42) cuando quedaban 2:45.
Ese momento fue clave, punto de inflexión en el partido, Riera mandó a presionar a los suyos, a doblar en las esquinas, a cambiar de jugador, allí los robos de balón y corridas de cancha –descuido del balance en Capitol y minutos de nerviosismo- hicieron que Clarkson creciera en juego, Cortizas y Antunes manejan las ofensivas a velocidad y así que los de la calle Velsen se vayan tan solo seis unidades abajo para encarar los últimos diez, 56-50.

El último cuarto fue todo del local. Su parcialidad agitando, la terna arbitral con algún que otro fallo dudoso principalmente en pitar faltas –defensa al límite la que planteó Unión Atlética-, las ofensivas de Capitol ya no fueron tan limpias mientras que Mazzuchi salió en velocidad, Clarkson llegó para definir, Matías Martínez aportó una bandeja importante y en defensa degastó a Crawford que ya no estaba tan cómodo. La claridad de los dirigidos por Frugoni se perdió, esto llevó a que recibieran un parcial de 18-0 en los primeros cinco minutos del último chico. Como si fuera poco, sumado al cierre del período anterior el parcial fue de 26-1 estando siete minutos sin convertir, demasiado en cualquier clase de partido. Así fue como la UA manejó su máxima de 12, 68-56. Pero cuando Capitol estaba prácticamente que liquidado apareció una luz de esperanza en Andrés Piñeiro, con vías de gol de ataque rápido, convirtió con falta y sumó un triple, así lideró un 8-0 (68-64) y de nuevo los del Prado revivían en el cotejo.
Pero una vez más la presión de los azulgranas fue más, defendieron duro, robaron pelotas en primera línea, Capitol perdió tres ofensivas consecutivas y ahí se esfumaron todas las posibilidades. El marcador final fue de 79-74, Unión Atlética debe seguir trabajando por su parte Frugoni y los suyos pagaron cara la desconcentraciones del final del tercer cuarto y el comienzo del último.

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