Otra vez este hombre obsesivo, estudioso y laburador volvió a dar cátedra mientras quienes levantan la bandera de la crítica hacia Pablo López cada vez tienen menos argumentos para llevar adelante su postura.

Cuestionarlo supo ser deporte nacional. Pero aquella frase que el mismo dijo, le está dando el sitial que debe tener un entrenador de su jerarquía. Tras ganarle el quinto partido a Hebraica y Macabi declaró en Radio Universal (AM 970): “El trabajo te pone donde te merecés”. Y su trabajo hoy lo pone como el entrenador más ganador de la Liga Uruguaya.

De las 13 ediciones, jugó ocho finales y ganó cuatro. Demasiado contundente para que se crea que se le puede quitar mérito porque siempre cuenta con planteles que se arman para definir, como si fuera fácil hacerlos funcionar de la forma que él los hace rendir.

Hizo que cada jugador tocara su punto alto al momento de entender que valía más cumplir a la perfección su rol en el equipo que cualquier otra cosa. Para eso jugaron, por eso ganaron.

López está mareado. Algunos dicen que le pasa al romperse la cabeza por entender como algunos los discuten con argumentos flojos y no se dignan a reconocerle sus logros. Aunque la realidad marca que la causa es otra: está mareado de dar tantas vueltas.