Sin lugar a dudas que Malvin era uno de los favoritos a ganar la LUB, el equipo de Pablo López apostando a la base del año pasado confirmó y se quedó merecidamente con el bicampeonato.

Malvin hoy en día es una institución que apuesta al básquet. Es verdad, muchos podrán hablar del alto presupuesto que tiene, así creen que es fácil para cualquiera, pero no.

El playero mantuvo la base del año pasado y eso es más que positivo porque tuvo a Martínez, capitán y líder que aparece en las difíciles, Mazzarino jugador de jerarquía y clase comprobada, Calfani con su gran defensa luchando en la pintura al igual que Newsome, aportes de Souberbielle y de Silvarrey y como si fuera poco a la baja de Bruno Fitipaldo la suplió con un base de nivel como Federico Bavosi.

Así López armó su plantel con extranjeros que luego fueron cambiando con Van der Meer que no colmó las expectativas llegando Garcés siempre acompañado por Richard Chaney, finalmente ninguno de los tres terminó jugando.

El nombre de Malvin como candidato siempre estuvo y lo confirmó con un básquetbol en donde la defensa fue fundamental y en base a ella se construyó todo el equipo cerrándose bien y en ataque jugando, encontrando siempre al mejor plantado.

Así fue como los de la Avenida Legrand fueron poco a poco consolidándose como equipo hasta lograr esa cuarta estrella, era el favorito y lo confirmó, a ninguno de los jugadores y cuerpo técnico les pesó jugar con la chapa de candidato ni retener el título, es por eso que a partir de hoy el escudo del Club Malvin ya cuenta con su cuarta estrella.