Trouville no encontró los mejores rendimientos de su jugador estrella, Santiago Vidal, y se le hace muy difícil hacerle frente a Malvín en las finales.
El “Pepo” es la gran diferencia entre este Trouville y los planteles rojos de los últimos 7 u 8 años. Hace mucho tiempo que los de Pocitos no contaban con un jugador tan determinante como lo fue Vidal en la fase regular.
Además, las últimas temporadas habían sido duras para los rojos en la base. Nunca se encontró el correcto. Algunas veces se jugó con los que ya estaban en el plantel como Matías Lado y Mauricio Trasante, por momentos se improvisó ayudas como Claudio Bascou y Mauro Tornaría y las últimas veces se fue a buscar un base afuera. La apuesta nunca dio los resultados. Ni Pablo Rak, compañero de Mauro en Olimpia logró rendir, ni Alejandro Acosta revelación de la Liga jugando para Welcome, quien fue de lo mejor pero no alcanzó.
Vidal se lesionó y es posible que aún hoy afecte su juego. Pero su rapidísima vuelta fue un golpe anímico importante para propios y extraños. Lo lógico era que fuera de menos a más. Y hoy se espera volver a ver al mejor “Pepo”. Trouville lo necesita, entre otras cosas porque es inferior, como todos los equipos, a su rival de turno. Y Vidal es de primer nivel, podría ser titular de cualquiera de los dos lados.
Sus primeras finales no fueron buenas. Ni ganando ni perdiendo. Ni siquiera fue buena la de ayer siendo el goleador de su equipo. A veces se lo ve muy centrado en los árbitros aunque tenga razón en muchas ocasiones. Su tiro exterior no volvió nunca a sus mejores números. Si Trouville quiere desafiar a la lógica y ganar estas finales sería lógico que su mejor jugador apareciera.