En Basket Animal, Victor Ricardo Porrati analiza las finales de la Liga Uruguaya.
Hemos tenido una finales con distintos sabores, la primera con un color rojo, justificado y merecido en su accionar. La segunda fue mas pensada por el perdedor, pero poniendo pie a fondo ganó el primero, supo como superar esa tensión o momento y fue un justo ganador.
La tercera era saber quien imponía su juego, presencia y lograba llevarse la diferencia. Lo logró Malvin, del principio al fin, fue superior, logró contener al rival y buscar sus errores, profundizar en su ataque. Trouville se encontró maniatado, sin ideas y cayendo minuto a minuto. Figuras que estuvieron en su nivel por un lado y altos rendimientos por el otro.
El sábado tendrá ese sabor, de doblar la diferencia o empatar en el camino. No es fácil para Trouville, quedó muy atado a su juego y creo que está sintiendo la competencia, un plantel mas corto y eso se siente. Tito deberá cambiar estrategias y sabe como hacerlo, en la cancha se verá.
Malvin, ha mejorado mucho, es el último campeón, está entonado y sabe por experiencia su lugar en la cancha de sus jugadores y la integración del mismo.
Partidos son partidos, pero lo que se esta viendo, no escapa a la realidad, uno se preparó para campeón, el otro llegó para ser campeón.
Felicito ha ambos por su entrega y presencia en la final. Y a los Neutrales de Primera y los departamentos de la Federación, por darle un espectáculo distinto, que bien se lo merece este deporte que sentimos.
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