Uno de los aspectos que más resalta de estos Cuartos de Final es el bajo porcentaje de efectividad en tiros libres. ¿Por qué el tiro que técnicamente debería ser más sencillo se hace tan difícil? Un análisis de los aspectos psicológicos que inciden en esta particular y fundamental acción del juego.
Uno de los aspectos que más resalta de estos Cuartos de Final, no sólo desde el punto de vista psicológico, sino desde cualquier análisis estadístico, es el bajo porcentaje de efectividad en tiros libres.
Entre los equipos, la mayoría tuvieron números parecidos en sus dos partidos. La mayor diferencia fue en el caso de Macabi (43% a 78%), principalmente por la cantidad de libres tirados por Hicks en el segundo juego (100% efectividad).
Una visión puramente numérica muestra que, en las dos fechas disputadas, el total de libres convertidos apenas alcanza el 61% (211/347).
Equipo |
Convertidos |
Tirados |
Porcentaje |
Defensor Sporting |
17 |
25 |
68% |
Aguada |
31 |
47 |
66% |
Malvín |
25 |
38 |
66% |
Atenas |
37 |
58 |
64% |
Hebraica y Macabi |
30 |
48 |
63% |
Larre Borges |
25 |
43 |
58% |
Trouville |
24 |
46 |
52% |
Goes |
22 |
42 |
52% |
Ahora, ¿por qué el tiro que técnicamente debería ser más sencillo se hace tan difícil? Precisamente por eso. Porque el ser un tiro fácil, donde hay obligación de convertir, lo transforma en un tiro de muy alta presión. Y a esto se pueden sumar las circunstancias de juego, como el resultado o el tiempo, y otros factores que alteren la concentración, como el ruido de las tribunas.
A la hora de tirar un libre, el jugador debe lograr estar concentrado solamente en reproducir la técnica correcta, siempre de manera idéntica. Para esto, debe abstraerse del entorno, de los factores situacionales, y de sus propios pensamientos. Decirse “tengo que embocarlo”, “no puedo errar”, pensar que no viene haciendo un buen partido, o sentirse enojado o frustrado, son varios de los distractores que pueden aparecer.
Cuando decimos que el libre es siempre idéntico, lo decimos desde el punto de vista técnico. Desde lo mental, es muy distinto ir ganando que ir perdiendo, y más ser un tiro decisivo. Para intentar transformar todas estas variables en aspectos estables, muchos jugadores utilizan rutinas previas al tiro (cantidad de piques, gestos, respiraciones, repetirse una frase, visualización, etc.). Las mismas son absolutamente personales, varían de un jugador a otro.
Esta rutina también busca controlar el nivel de activación del jugador. Si está muy acelerado, seguramente no repita la técnica tal como siempre. Si está muy tenso, le costará tomar el impulso necesario de las piernas y el tiro quedará corto. Para mejorar esto se usan respiraciones lentas y profundas, que ayudan a bajar el nivel de activación hasta llegar al óptimo para cada deportista.
En resumen, el tiro libre puede parecer un gesto técnico sencillo, pero tiene una serie de variantes psicológicas que deben trabajarse para lograr mejor efectividad. Y en partidos parejos como estamos disfrutando, cada uno de estos tiros puede significar una gran diferencia.