Ya es asumido por todos los actores que la parte mental tiene una gran incidencia sobre el rendimiento y por tanto sobre los resultados deportivos. Por este motivo, nos planteamos ir analizando algunos aspectos psicológicos que van mostrando los playoff de la Liga Uruguaya.

Trouville – Defensor: El retorno del “Pepo”

Lo más llamativo fue la inclusión del “Pepo” Vidal, como aspecto sorpresa. Este tipo de acciones muchas veces generan un nerviosismo en el rival, ya que pone en riesgo su plan de partido, lo hacen sentir menos preparado para lo que va a enfrentar. Seguramente fue tema de la charla previa de Jauri para neutralizar este efecto, lo cual parece haber funcionado.

Por otro lado, está lo más importante… ¿cómo vuelve el jugador? Muchas veces ansioso, queriendo hacer demasiado en poco tiempo, buscando demostrarse que está pronto y asumiendo riesgos innecesarios en lugar de hacerlo progresivamente. Esto sucedió en varios pasajes del partido, especialmente cuando Tito le dejó la responsabilidad de manejar bolas finales.

A su vez, el entrenador necesita manejar también al jugador que pierde protagonsimo, en este caso “Manu” Romero. Un cambio muy drástico puede generarle la sensación de falta de confianza en él, y la idea es ganar en la rotación, no perder. Esto fue bien manejado, ya que le mantuvo el protagonismo a Romero (27’).

Un aparte para el cierre de partido. Defensor pareció sentirlo ganado y aflojó, Trouville reaccionó y se invierten los estados de ánimo de los equipos. En sólo un minuto, la diferencia cayó de 16 a 8 puntos, y allí aparecen los nervios en el fusionado y la confianza en el rojo, más la categoría de Joaquín Izuibejeres, quien puso sus únicos dos triples en el cierre de partido.

H.Macabi – Aguada: La estabilidad de un equipo

Aquí vuelve a aparecer la búsqueda del efecto sorpresa, con la inclusión de Elliott en lugar de Cook. Con esto, el inicio de Aguada fue mejor, obligando incluso a un tiempo por parte de Signorelli, a partir del cual el partido tomó otro rumbo.

El aspecto central de este juego pasa por la estabilidad con que juega Hebraica y Macabi. Un equipo que no ha tenido recambios, donde se ve una cohesión grupal enorme, roles bien asignados y aceptados, y mucha tranquilidad para manejar situaciones de partido.

La confianza es un factor clave, no sólo la de cada jugador en sí mismo, sino también la de cada jugador en el equipo. Y esto se ilustra en cómo Octavio Medina toma responsabilidad incluso en el cierre del partido, producto de la participación que le dio el cuerpo técnico durante toda la Liga.

El aparte es para Luciano Parodi, quien con 21 años y muchísima madurez, es el cerebro y la estabilidad de este equipo. Hizo de todo, tuvo números que rayan la perfección, y una gran defensa sobre García Morales.

Malvín – Goes: Realidades opuestas

Aquí el factor previo eran las dos victorias de Goes ante Malvín en los últimos juegos. Pero el equipo playero se encargó de quitar ese factor rápidamente en el primer cuarto.

Debemos tener presente que los objetivos trazados previamente son distintos, uno siempre tuvo como objetivo jugar esta fase del torneo, y el otro viene intentando avanzar paso a paso, sufriendo presiones sucesivas, y sus respectivos aflojes. Malvín sabía que jugaría playoff desde antes de empezar, Goes pocos días antes aún estaba luchando para superar a Biguá.

El misionero ha sido un equipo irregular, producto de que sus jugadores han tenido rendimientos irregulares. Los números de tiro exterior son claros en este sentido. Uno de los posibles motivos es que, desde la salida de Adeleke, la presión en este equipo se divide igualmente entre todos. No tiene figuras nacionales ni extranjeras que den cierta tranquilidad en cuanto a goleó o en cuanto a para quién jugar, incluso varía mucho según quien tome la base.

Atenas – Larre Borges: De la ansiedad al disfrute

El partido más desparejo en posiciones, fue el más parejo en juego. El equipo de la Unión debía ser el más ansioso, el que aún no había jugado en el Palacio, y eso se notó especialmente en el primer tiempo, donde dejó al menos 10 puntos en bandejas y tiros abajo del aro.

Pero el transcurrir del partido le fue mostrando al aurinegro que podía. Al goleo de Demian Álvarez se sumó Leandro Taboada, y dos extranjeros que aportaron muchísimo. Larre Borges tiene una similitud con lo dicho sobre Macabi, es un equipo que se ha mantenido estable, sabe muy bien a qué juega, los roles de sus jugadores, y los jugadores confían en el entrenador.

Hubo un clic en donde Larre se enfocó en defender solamente, y disfrutó el juego ofensivo, tomó riesgos sabiendo que atrás “bancaba”, tomó tiros con esa confianza y tuvo paciencia para mover la bola hasta encontrar el mejor tiro del equipo. Un par de veces tiro sobre la chicharra o incluso perdió la posesión, pero generalmente, esto le generó tiros cómodos o bandejas.

Un aparte para los tiros libres. El tiro más fácil del básquetbol, en situaciones de presión, se transforma en el más difícil. Y ayer esto fue clarísimo. Larre erró durante el juego prácticamente la mitad de los libres que tiró. Por otro lado, destacable Guillermo Bruni que con pocos minutos en cancha puso 2 libres definitorios en el cierre del alargue.