Tras 10 años bofeteando a la lógica Sayago se despidió de una Liga Uruguaya que se había acostumbrado a tenerlo como protagonista.
Día a día no nos cansamos de decir que el básquetbol es un deporte lógico, Sayago durante diez años se encargó de mostrarnos que estábamos equivocados.
Siempre remando de atrás, con el presupuesto más bajo y logrando una mística impuesta por Horacio Perdomo. Respetando procesos pese a flojos resultados, sabiendo que al final siempre se lograba el objetivo de quedarse.
Sayago hizo ilógico a uno de los deportes más lógicos que existe. Engañó presupuestos con una identidad particular de jugar al básquetbol. Un día, la lógica llegó en tren por la vía hasta Ariel, y se lo llevó a jugar el Metro.
Hoy la noche es de tristeza, serán días de duelo deportivo. Pero de a poco comenzarán a pensar en lo que creció la institución en estos 10 años de gozo. El Roberto Moro y su piso flotante siempre luciendo impecable, las dos canchas de fútbol cinco que son de lo mejor de la zona, una sala de musculación último modelo y más. Fue una década de triunfos, por donde se lo mire, y eso no lo empaña una derrota.
La Liga se acostumbró a tenerlo, a su forma fue protagonista, algo que hace años era impensado hoy es realidad, va a ser raro jugar una Liga Uruguaya sin Sayago.
El Metro lo volverá a tener como protagonista y su hinchada va a seguir fiel como siempre, porque se puso la camiseta y se identificó con el club como pocas, y en unos meses volverá a alentar a su equipo, porque como dice su himno, cada vez que juega Sayago, “el barrio vuelve a palpitar”.
Salú Sayago, pronto retorno.