Biguá venció 83-69 a Olimpia y logró permanecer en la Liga Uruguaya de Básquetbol tras cerrar la fase clasificatoria con tres triunfos consecutivos de la mano de Edgardo Kogan.

Biguá, como hace 31 años, sigue siendo de primera. Esta vez el susto fue grande, pero la arremetida final mucho mayor. Mejoró en juego y resultados el elenco de Villa Biarritz que se aseguró la permanencia.

El comienzo fue con parcial de 8-0 para el local, clara intención de buscar a Williams en la pintura, el extranjero jugaba muy bien el pick central y rolaba lastimando a la defensa rival. Olimpia tenía como carta de gol a Delgado, que se le posteaba a Moglia y le sacaba ventajas y faltas, el alero cometió tres rápidamente.
Si bien la visita se llegó a colocar a tres, los de Kogan rápidamente recuperaron ocho de la mano de sus foráneos internos. Además Jennings fue figura, no solo anuló a Cervi, si no que también colocó 10 puntos en ofensiva. Llegó a tener 11 el dueño de casa que se fue 24-15 arriba al cabo del primer cuarto.

Lovera planteó una zona que no resultó, fue estática, lenta. Biguá movió bien el balón, inteligente, con paciencia, encontró gol por todos lados y sacó 16. Lo de Melvin era bestial. La única negativa eran las faltas de sus aleros (Moglia y Brause con tres).
Olimpia volvió al hombre, los ingresos de Abel Agarbado y Pablo Macanskas dotaron de otra actitud defensiva al equipo, el interno además aportó 4 puntos siendo importante en la reacción para achicar a 11. La primera parte se cerró con doble de Melvin, el pato ganaba 47-31 de cara al descanso largo.

Comenzó el segundo y sacó la máxima de 20, con un Williams insoportable. Se picó entre el Bicho y Melvin, le pitaron primero técnico al olimpista y una incidencia después al jugador local. Tanto Silveira como Tornaría llegaron a la cuarta falta en la visita, de forma temprana.
Cuando parecía quebrarse la historia, Olimpia encontró buenas defensas que terminaban en goles fáciles con Galindo atacando el aro, Dilligard y Silveira. La conducción de Agarbado era inteligente y Mauro Tornaría asistía para los mejores ubicados.
Se llegó a poner a 6 con personales de Galindo, pero la última fue increíble. Quedaban 2.2 segundos y Biguá sacaba de fondo de cancha, la lanzaron larga para Moglia, se durmió el pibe Agustín Cabillón en la marca y el jugador del Pato fue víctima de falta, convirtió los dos desde la línea y puso cifras finales: 62-54.

En el último rápidamente con Moglia y Williams a la cabeza sentenció la historia Biguá. Una bomba del alero cuando se le iban los 24, le permitió sacar 17 y por más que faltaba casi medio cuarto le puso la tapa al partido. Lovera durmió a Agarbado en el banco, su equipo lo sintió, bajó el rendimiento en ataque. Además hubo nacionales en un nivel bajo. El local lo terminó ganando 83-69 de forma más que justificada y casi sin sufrir.

Biguá, como hace 31 años, se queda en la divisional de privilegio. Ojalá el susto sirva para que el club logre entender que debe tomar más en serio la rama básquetbol. El Pato es una institución histórica y ganadora que merece pelear otras cosas.

Olimpia la tiene complicada, es de las peores defensas del torneo y en ataque depende excesivamente de Galindo. A Dilligard le dan muy poco juego pese a que generalmente cuando recibe, anota. El miércoles se juega todo.

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