Argentino de nacimiento, vivió en Mercedes desde los 5 años, hasta que hace dos se vino a Montevideo con el objetivo de ser jugador profesional. Si bien hoy día juega de 4, su objetivo es entrenar para llegar a ser un 3, y lo que más destaca es su actitud a la hora de jugar. En “Promesas”, presentamos al ex-Remeros y actual macabeo, Agustín Zuvich.
Nombre: Agustín Zuvich
Edad: 19 años
Puesto: Ala-Pivot
Altura: 1.99
Club: Hebraica y Macabi
¿Cuándo y dónde arrancaste a jugar al básquetbol?
Arranqué a jugar en Pacaembú de Mercedes, cuando era Mini. Cuando pasé a Cadetes me fui a Remeros, y seguí ahí hasta que me vine para Hebraica.
¿Cómo se dio ese pasaje y adaptación a Hebraica?
Me fueron a buscar, y me vine para hacer los dos años de Juveniles acá. Me vine solo, mi familia está en Mercedes, sólo mi novia está acá. Fue un gran cambio, pasar a vivir solo. Allá mi madre y mi padre me llevaban a todos lados, me hacían todo. Ahora ya puedo solucionarme todo solo, pero al principio me costó.
¿Qué diferencia encontraste entre el básquetbol que jugabas en Remeros y el de los juveniles de Hebraica?
Ya desde Juveniles me di cuenta que era mucho más rápido, mucho más vivo. En Mercedes dependíamos de uno o dos jugadores, acá se jugaba en equipo. Es mucha la diferencia, pero está bueno.
¿Qué Entrenadores tuviste que te hayan marcado en Formativas?
Acá en Hebraica, Leo Zylbersztein me ha ayudado muchísimo. Si tuviera que elegir un entrenador para dirigirme, lo elegiría siempre. Allá en Mercedes, Gonzalo López, que me entrenó en Remeros.
¿En qué momentos empezaste a pensar en el básquet como profesión?
El último año que estuve en Remeros me lo propuse, me dije que quería ser profesional en esto. Ahí cambió mi mentalidad. Antes era como ir a recrearme. Cuando lo decidí, empecé a hacer pesas porque era muy flaco. A partir de ahí me he ido mentalizando para ser profesional.
¿Cuáles son tus principales características como jugador?
Soy un jugador con muchas ganas. Lo mío es más actitud que técnica. Lo otro lo estoy trabajando, quiero llegar algún día a ser un “3”, si bien para eso tengo que entrenar mucho porque todavía me falta. Pero es mi objetivo a futuro.
¿Qué cosas estás trabajando específicamente?
Principalmente el tiro. Estoy tirando mucho más que antes. Durante la Liga, tiramos mucho. Tiramos, tiramos y tiramos. Cuando termine la Liga me voy a hacer una rutina para seguir trabajándolo.
¿Cuáles son las características de un 3-4 ideal?
Para mí son el tiro de 3 puntos, y la buena penetración. Y obviamente la defensa.
Me hablabas de la Liga, ¿cómo te resultó la transición de Juveniles a Primera?
El año que llegué al club ya entrené, pero no tuve prácticamente minutos. Lo que más sentí fue la diferencia física. Es fundamental. Si no estás bien físicamente no podés jugar. Además el juego es más rápido, hay que estar mucho más atento, no te podés distraer ni diez segundos. Esto ya lo veía en los entrenamientos, por ejemplo, en Primera hacemos todos los días físico y luego cancha, y antes no era así.
¿Recordás cómo fue tu debut?
Sí, fue en Olimpia. Estábamos ganando por 30. Estaba muy nervioso. Entré el último minuto y toque una sola pelota.
Pero este año te toca tener un rol bien distinto… ¿Cómo te resulta el cambio de lo que se te pide en Juveniles a lo que se espera en Primera?
Te adaptás rápido. Está bueno lo de Juveniles, que nos tocaba asumir mucho junto con Salvador (Zanotta) y Octavio (Medina). Acá es distinto, pasás a ser secundario, pero uno asume el rol que le toca. Lo que nos piden es actitud y mucha defensa.
En Hebraica se ha dado la particularidad de que suba una camada de Juveniles juntos: Zanotta, Medina, el propio Parodi. ¿Cómo ves eso?
Es lo más lindo que te puede pasar es jugar con tus amigos. Lo mejor nuestro, es que somos fuertes porque somos amigos. Somos casi todos amigos, no te voy a decir que Mike y Hatila sean amigos, aunque son muy abiertos y participan de todas las actividades sociales. Eso nos hace muy fuertes.
Otra particularidad es que son prácticamente todos del interior…
Casi todos. Eso quizá no influye tanto en el juego, pero sí afuera, en lo social, en el vestuario. Los mayores ya pasaron por las mismas situaciones que yo pasé cuando llegué, desde “Panchi” (Barrera) y Seba (Izaguirre), hasta Luciano (Parodi), Salvador (Zanotta) y Octavio (Medina) que se vinieron antes que yo. Salvador es como un hermano para mí.
¿Cuáles son tus objetivos personales hoy día?
Mi objetivo es ser profesional, y llegar al máximo de mí, sacar todo lo mejor, y ver hasta dónde puedo llegar.
A nivel de estudios, ¿cómo lo conciliaste con el básquet y la mudanza a Montevideo?
Estos últimos dos años me costó más por no tener la exigencia de mis padres desde más cerca. Estoy terminando 6º en dos años, me quedan dos materias que voy a dar en febrero. Mi idea es poder empezar la Facultad, para hacer Escribanía. Mi objetivo es cuando termine mi carrera en el básquetbol ya estar trabajando con mi título.
¿Quiénes son tus referentes en el básquetbol?
Me gusta mucho Scola. Si bien está viejito, de él aprendés siempre. Puede haber algunos más atléticos, siempre fue mi ídolo. Me gustan sus movimientos, hace ver el básquetbol como si fuera fácil. Y a nivel local, me gusta Sebastián Izaguirre, que tengo la suerte de tenerlo al lado en el club. Me gustaría ser como él, tener el tiro que él tiene, ir a chocar abajo y penetrar como él. Entrenar siempre con él es lo mejor, defenderlo y que él me defienda, me hace aprender todos los días cosas nuevas.