Urupan y su ascenso le regalaron a El Metro su segundo equipo del interior, siendo uno que se sustentó en un proyecto, que fue subiendo escalones y que coronó un nuevo paso.

El tiempo nos lleva a tres años atrás, cuando está institución de Pando, anunció su vuelta a la competencia. Con un quinteto cargado de figuras, el verde le bajó el perfil a sus aspiraciones, buscando sustentar una base para afianzarse en la divisional e ir después por el objetivo.

Con Colman y Della Mea a la cabeza, y con una rotación limitada, el pandense se plantó firme en semifinales, y la ventaja deportiva lo dejó afuera de estar en la definición en su reestreno, quedando por el camino con el posteriormente ascendido, Lagomar.

La base volvió reforzada, para un equipo que ganó rotación, pero que en frente se le paró un siempre poderoso Peñarol. Urupan le supo pelear palmo a palmo hasta la penúltima fecha y un corte de entrenador, hizo tambalear la verde esperanza que terminó cerrando su año en cuartos ante un sorprendente Paysandú.

Pero la ilusión volvió renovada, y con el DT campeón de El Metro como abanderado, más la base de siempre, que se cimentó fuerte con una pintura experiente, por primera vez, la ciudad de Pando se llevó todos los focos en un torneo en el que pintaba para ascenso.

Un Clasificatorio invicto y una Liguilla cerrada con triunfo ante su principal contendor, Olivol, lo puso solo a tres juegos de su gran anhelo. Si bien el sueño tuvo tintes de pesadilla en tierras fusionadas, la noche de jueves estrelló la ciudad industrial, que no tembló ante un Santo que se le plantaba como su demonio.

Si bien la torta fue sin frutilla, el logro estuvo más que cumplido. Retorno a El Metro consumado, el torneo que intentó apostar por la integración cuando la Liga le bajó la cortina. Qué intentó por el litoral, que lo dejó escapar por el río, pero que se le coló un balneario canario que llegó con mucha fuerza y casi se le escapa por la ventana. Pando llegó para quedarse, y así como los intentos de CADER, Juventud y Plaza de Nueva Helvecia, ojalá que el interior lo siga intentado, y que El Metro sea cada vez más, el verdadero torneo uruguayo.