Golden State Warriors venció a San Antonio 120-108 y prácticamente aseguró su presencia en las finales NBA.

En un encuentro donde arrancó mejor el local de la mano de Aldridge y Mills. Los dirigidos por Gregg Popovich sufrieron una nueva lesión en su plantilla. Ya con las conocidas bajas de Tony Parker y Kawhi Leonard, a poco de comenzado el partido David Lee con una molestia de rodilla abandonó el rectángulo para no volver. A pesar de esto el primer cuarto se fue favorable para los texanos 33-29.

El segundo chico tuvo un protagonista inesperado. Aprovechando que la defensa local se centró en los 4 fantásticos de los Warriors, Javale McGee encontró huecos en la zona pintada y con compañeros que lo encontraron libre muchas veces, terminó los primeros veinte minutos con 16 puntos, siendo el goleador parcial del encuentro. Los de Steve Kerr además, tuvieron un excelente Kevin Durant y con un parcial de 35-22 pasaron en el marcador y se fueron al descanso largo nueve puntos arriba.

En el segundo tiempo los Warriors no bajaron el pie del acelerador. Ahora con Curry unido a la fiesta y con el mismo nivel de Durant, el equipo local no encontró nunca la vuelta para pararlos y vio cómo se le iba el tercer juego. A pesar de intentos de Simmons y con Pau Gasol, la visita sacó ventajas y dio la sensación que los Spurs nunca volverían en el partido. A pesar de mucho amor propio de Manu Ginobili quien fue el mejor de los de Popovich y hasta se animó a tirar un caño, se vio muy solo en el intento de reacción. Se fue 12 abajo al inicio del último cuarto con esperanzas de remontada.

Sin embargo el periodo final solo sirvió para cumplir los protocolos. La reacción local nunca se dio y los Warriors se llevaron el partido y estadísticamente la serie, ya que nunca un equipo NBA remontó un 0-3.

El goleador del juego fue Kevin Durant con 33 puntos, mientras que Manu Ginobili fue el máximo anotador de San Antonio con 21. El próximo y quizá definitivo juego será el lunes otra vez en el AT&T Center de San Antonio.